jueves, 12 de junio de 2014

He tirado el Boomerang, espero que te llegue y lo espero de vuelta.

Ya hechas las entradas que tocaban este trimestre me siento libre para escribir de lo que me apetezca. Debería estar hablando de la tecnología como me aconsejó mi profesor, pero está muy visto y me pareció mucho mas idóneo dedicarle mi tiempo y mis letras a algo bonito y quizás idílico pero posiblemente posible.
El otro día, navegando por internet encontré este vídeo:

A primera vista es un vídeo cualquiera hecho por gente joven con la mejor de sus intenciones, pero sentí la necesidad de verlo de nuevo y volvió a despertar en mí lo que a primeras había conseguido. Tenía ganas de ayudar a alguien, sin contratos que me aseguraran una devuelta del favor o un beneficio, quería hacerlo porque sí, porque ¿por qué no?.
No creo sinceramente que las personas nacen con egoísmo en sus genes y avaricia en la sangre, tampoco pretendo ponerme filosófica aunque ante estos temas el cuerpo me lo pide, pero solo de pensar en personas ayudando a otras por el simple hecho de la voluntad hace que se me pongan los pelos de punta.
La cadena de favores, un simple gesto, aunque fuera el más mínimo es capaz de hacer que un grupo de personas entero sean felices contigo. Creer es poder y poder es querer, si queremos, podemos, y si confiamos más aún.
No podemos pretender que ayudando a un niño que se ha caído, o ayudándo a una persona mayor con la compra el mundo tire sus problemas a la basura por sí solo, se acaben las guerras, el hambre, la crisis y los desahucios de un plumazo,pero quizás ese sea el mayor de mis fallos y el de muchas personas, pensar que con un granito de arena no se forman montañas, pero oye, quizás con millones sí, y si la montaña de hoy consigue hacer de nuestro mundo, nuestra propia casa y nuestro propio hogar que al fin y al cabo lo formamos todos, un lugar más estable y armonioso, creo sinceramente que merece la pena intentarlo al menos.
Este vídeo me inspiró a mí, y espero que lo haya hecho con todos los que lo vean. Parece sencillo desde fuera y desde dentro seguro que también lo es, solo queda tirarse a la piscina y comenzar con "The Kindness Boomerang" yo ya lo he hecho, te toca a tí.

Diario de una adicta a la tecnología

Me llamo Marta y hace una semana decidí deshacerme de todas las formas de tecnología que me rodearan.
Desde hace 168 horas no cojo un ordenador ni se me ilumina la cara con el brillo de la pantalla, estoy deseosa por contaros toda mi experiejakid, quiero decir, mi experiencia, ¿veis? no se si es porque se me ha olvidado escribir a la velocidad de la luz en mi teclado o porque no quepo en mí por la emoción de volver a tocarlo.
Antes de que comencéis a leerme he de advertidos que he sido una "tecnodependiente". Desde que conocí a la tecnología con esas curvas y esa facilidad que me daba en todo no me he separado de ella.
Cuando tenía 9 años me regalaron por mi comunión un ordenador de mesa y aprendí a usarlo. Pasé de subirme a mi silla del escritorio para alcanzar la enciclopedia más grande que había visto en mi vida a teclear una palabra en el buscador para que en segundos me salieran millones de páginas web llenas de información sobre esta.
Más tarde, cuando comencé a salir con mis amigas mi madre me cedió su antiguo móvil, de tal manera que me pudiera tener localizada siempre, en principio no me gustó la idea de estar constantemente vigilada por mis padres pero no tardé en volverme dependiente, y ellos también, ya no me imaginaba salir sin la opción de llamar a mi madre para preguntarle que tendría para cenar esa noche o rogarle que me dejara 5 minutitos más.
Al ordenador y al móvil se sumaron un portátil y una tablet a lo largo de los años, que en general, hacían las mismas funciones pero cada uno era para un momento diferente, de tal forma que no podía librarme de mis aparatos en ningún momento. Si me iba de viaje, podía estar con la tablet en el coche mientras hablaba con mis amigos por el móvil y cuando se me ocurría levantar la cabeza para descansar me encontraba de frente con las pantallas integradas en el respaldo del coche nuevo en las que se anunciaba una película de dibujos que mi hermano comenzaba a ver. Cuando llegara al hotel tendría el portátil por si entre el desayuno y la playa, la comida y las excursiones me apetecía jugar a algún juego o volver a chatear con mis amigos. 
El cumpleaños del año siguiente vino cargados de regalos, ignoré todos, salvo el Mp3 y el dinero que me permitiría comprarme un ebook, ya no me apetecía seguir coleccionando libros en las baldas clavadas a la pared de mi habitación, ese espacio podría utilizarse para cosas más útiles y al fin y al cabo lo único que hacían era acumular polvo una vez leídos.
Pero me enfadé con mi musa, con la dama que me daba todo lo que quería en cada momento y a una velocidad espeluznante. 
Hace ya 10080 minutos, 7 días que llevo sin tocar ningún medio de comunicación, que decidí divorciarme de ella, fue una dura decisión pero me falló y tenía que hacerlo, tenía que encontrarme a mí misma.
Antes de empezar mi diario le pedí a mi madre que me quitara cualquier tipo de tecnología, refiriéndome a mis bebés, la tablet, el ordenador, el ebook... y que dejara en mi mesa únicamente un boli y un papel.
DÍA 1:
Querido diario, hoy he empezado con fuerzas, pero en cuanto me he dado cuenta que antes de irme al instituto no he podido consultar las novedades de los veinte primeros minutos de día casi se me cae el mundo encima, me he colocado la mochila a la espalda y he salido de mi casa dando un portazo. Cuando he llegado no he podido descansar con la serie que veo por internet así que he tenido que ponerme a estudiar de inmediato. Estoy cansada y aburrida, hoy, por primera vez me voy a acostar a las 22:30.
DÍA 2:
Querido diario, escribo por no llorar. Hoy he recibido una riña enorme de mi profesor de biología, por lo visto, había que entregar un trabajo que yo había olvidado apuntar en la agenda, todos mis compañeros habían estado por la tarde hablando de él por WhatsApp, comentando que habían hecho y ayudándose entre ellos, yo, obviamente, no he recibido ayuda y encima me bajará la nota. 
DÍA 3:
Querido diario, cuento las horas para que se acabe esta tortura. Ayer Carmen salió expulsada del instituto por contestarle a un profesor. Esta mañana todo el mundo lo sabía menos yo, claro. Vivo incomunicada del mundo y cada vez tengo menos temas de conversación con mis amigos, me estoy perdiendo los nuevos capítulos de mi serie y he tardado el triple en hacer el trabajo de biología de lo que hubiera tardado con mi ordenador. Me siento sola.
DÍA 4:
Querido diario, hoy el día ha sido bonito, me he sentado a hablar con mi madre durante horas; mientras nos pintábamos las uñas y nos llenábamos el pelo de trenzas nos ha dado tiempo a hablar de todo; le he contado cosas sobre mis amigas, mi amigo especial, el instituto y los planes que tengo para el futuro, hacía mucho que no me sentía así y realmente lo necesitaba. Esta noche, al meterme en la cama la he echado algo de menos, pero no como siempre, menos.
DÍA 5:
Querido diario, me han dado la nota de biología, un notable, quizás con el ordenador hubiera sacado más nota, el profesor me ha dicho que había información poco actualizada pero que sabe que me he esforzado por utilizar una enciclopedia y que lo valorará. Estoy orgullosa de mí misma, últimamente llevo los deberes más al día, estudio con mayor concentración y tampoco me pierdo mucho de lo que pasa en clase.
DÍA 6:
Mañana recibo de nuevo todos mis aparatos. Tengo ganas de ponerme al día en todo pero me he dado cuenta de que al fin y al cabo, enterarme de las intimidades de otros, consultar dudas o entretenerme son simples detalles que hacen mi vida más completa pero que no completan mi vida. 
Al principio estaba confusa, no encontraba la forma de gastar mi tiempo o de simplemente ser, pero por fin llego pronto a clase por las mañanas ya que me evito distraerme dando los buenos días a todo el mundo. Tengo tiempo para mí, para mis estudios, para centrarme y para mi familia. Ahora disfruto de los libros que se acumularon durante años en mis baldas, puedo olerlos, subrayar las frases que me gustan y doblar las esquinas de las páginas bonitas. He comprendido que mi vida no la hace internet, la hago yo y que los buenos días diarios no se los merecen mis 800 amigos en Facebook, se los merecen mi hermano desayunando a mi lado cada mañana, mi madre que ha sustituido a la alarma del móvil y despertándome ahora con un beso suyo todas las mañanas, las amigas que me escuchan y yo.



Conecta

Hace sol y en pocas horas cojo un avión rumbo a Berlín para disfrutar de su muro y de sus calles. Al fin ha llegado el final de curso y con él mi pereza innata, menos mal que en vez de hacer el esfuerzo por coger papel y lápiz, tengo la posibilidad de estar sentada en la cama,con mi ordenador sobre las piernas, pulsando teclas sin esfuerzo y olvidándome de renovar folios, bolis o preocuparme por la pérdida de lo que haya grabado en mi memoria RAM.
Ahora os presentaré a mi abuela,
Se llama Agustina y siempre irradia felicidad allí por donde pisa, es divertida y muy extrovertida y nunca ha necesitado un móvil para contactar con su familia o personas más queridas.
hace poco me acerqué a su casa, a llevarle unos claveles para que los pusiera al lado de la ventana de su habitación, debajo de mi casa hay un jardín lleno de ellos y pensé que a los vecinos no les importaría que arrancara unos cuantos para ella. Llevaba debajo del brazo a mi fiel compañero y amante, mi iPad, así podría enseñarle las fotos del viaje que hice hace poco a Roma. Tenía de salvapantallas unos claveles, parecidos a los que le había llevado esa misma tarde y me preguntó por qué me conformaba con observar una imagen si podía salir a la calle y contemplarlos e incluso olerlos, mancharme con su néctar y arrancar unos cuantos también para mi propio cuarto; no supe qué responder.
Mi familia siempre se ha dividido en dos, los jóvenes y los no tan jóvenes. Hace una semana decidimos por fin cuándo sería nuestra cena familiar, habíamos tenido que estar esperando un mes ajustando horarios y citas pendientes. Todos los padres y primos tenemos un grupo de WatsApp en el que de vez en cuando nos mandamos alguna foto, nos recordamos que nos queremos, que no echamos de menos y que estamos deseando vernos pero pocas veces solucionamos ese cúmulo de sentimientos. 
Cuando mi abuela decidió abrirnos las puertas de su casa, después de haber estado toda la familia picando algo en el bar de mis tíos que se encuentra justamente debajo de su casa, soltamos todos nuestros abrigos en la entradita y dejándonos llevar inconscientemente por la irracionalidad abrimos los bolsillos y cogimos nuestros móviles para convertirlos en un invitado más a la cena familiar. 
La mesa estaba preciosa, llena de platos de porcelana, vasos de cristal y cubiertos de plata acompañados de su apéndice de tecnología, todos teníamos nuestros móviles en posición, preparados para cogerlos de inmediato si por algún casual nos llegaba algún sonido, alguna luz de alerta o incluso la más minúscula de las vibraciones, incluso mi primo de 5 años tenía el suyo de juguete. 
Comenzamos a comer y entre tanto se oía el murmullo de mis dos hermanos hablando y riéndose, mamá comentaba de vez en cuando que la comida era deliciosas mientras que mis tíos se dedicaban a asentir con la cabeza. 
No sabíamos que decirnos, estábamos en una reunión de personas solas, más allá de la pantalla de nuestro ordenador, de nuestro móvil o incluso de mi pequeño iPad, no existía la vida social. 
Yo no conocía a mi familia y ellos tampoco me conocían a mí.
Llegó el momento del postre y mi prima María recibió una llamada de su novio, obviamente intercambiar cuatro palabras con él era primordial, mucho más que su propia familia.
Después de hacerse de rogar durante más de una hora, en lo que nos había dado tiempo a terminar y a recoger toda la mesa llegó con el rimel corrido y manteniendo las pocas lágrimas que le quedan en el cuerpo. Nos anunció que su novio y ella acababan de cortar y mi abuela ni siquiera entendía lo que estaba pasando. "¿Cómo van a haber roto una relación si no se han mirado a la cara?" María suspiró y bajó la cabeza, entre el hilillo de voz que salía de su boca y nuestro silencio pudimos oír como decía que había sido por llamada telefónica. Agustina nos sentó a todas las primas y a todos los primos juntos y nos contó que ella no sabía lo que era el desamor porque desde que conoció el amor con mi abuelo no había experimentado otra cosa, pero, sin amor no existe el desamor, y amar para ella era pasar tiempo con mi abuelo, salir a la calle y dar un paseo cogidos de la mano, dormir pegados u oír su carcajada acompañada de su sonrisa, mi prima María no podía estar enamorada si los "te quiero" eran leídos y no oídos y las sonrisas se habían transformado en emoticonos, mi abuela le pedía que estuviera feliz por haber salido de una relación tecnológica y no sentimental, y al poco tiempo, lo estuvo.



La Aldea Global es un término acuñado por el filósofo canadiense Marshall McLuhan como expresión de la creciente interconectividad humana a escala global generada por los medios electrónicos de comunicación. 
El término se refiere a la idea de que, debido a la velocidad de las comunicaciones, toda la sociedad humana comenzaría a transformarse y su estilo de vida se volvería similar al de una aldea. Debido al progreso tecnológico, todos los habitantes del planeta empezarían a conocerse unos a otros y a comunicarse de manera instántanea y directa. 
Si McLuhan hubiera conocido a mi abuela hace 50 años y le hubiera contado esta historia, ella se hubiera reído de él sin pensárselo dos veces. Cómo una carta, escrita a mano y con cariño iba a convertirse en aire y conexiones para que en vez de esperar una semana con ganas e ilusión, dedicarse, simplemente a no esperar, mandar y leer, tan sencillo como eso.
Como paradigma de aldea global McLuhan elige la televisión,

un medio de comunicación de masas a nivel internacional, que en esa época empezaba a ser vía satélite.
No hace mucho me narraron el cómo y el por qué de una abuela que la primera vez que vió esa caja iluminando tras el cristal de la pantalla a un hombre informando de las últimas noticias, se levantó y sin dudarlo miró detrás para comprobar dónde estaba el truco, la trampa, como habían sido capaces de meter a ese hombre tan grande en algo tan pequeño y cómo ella lo estaba viendo.

El principio que impera el concepto de aldea global es el de un mundo interrelacionado, con estrechez de vínculos económicos, políticos y sociales, producto de las tecnologías de la información y de la comunicación, principalmente Internet como disminuidor de las distancias y de las incomprensiones entre las personas. Esta profunda interrelación entre todas las regiones del mundo originaría una poderosa red de dependencias mutuas y, de ese modo se promovería tanto por la solidaridad como la lucha por los mismo ideales, al nivel, por ejemplo de la economía y la ecología.

Como veis, la aldea global es una forma de comunicación que ni mi abuela ni las vuestras hubieran podido imaginar nunca, ahora tenemos la suerte de poder utilizarla. Es un nuevo lenguaje, rápido y sencillo, pero como todo lo bueno, si lo utilizamos de forma coherente y en cierta medida.
Me gustan las personas, no quiero levantarme mañana y mirarles a la cara para descubrir que no conozco a mis amigos de toda la vida, que no se cómo son mis padres o qué quiere mi hermano cuando me mira de una forma o de otra.
Quiero ser propiedad de aquí, de mi hogar y del mundo y no de una pantalla táctil.
Quiero ser persona.

La nunca conocida Edad de la Madera

martes, 11 de marzo de 2014

Un poco de ti, para la vida de otro.

Existen enfermedades, que hacen que uno o más de los órganos de una persona, dejen de funcionar; como el mecanismo de un reloj que un día decide dejar de funcionar, dejando a un lado su mecanismo casi impecable, casi. A menos que se pueda sustituir el órgano, o por lo menos reemplazar su función, la persona afectada muere; si no encuentras la pila adecuada, o el tornillo de dos milímetros que se calló por debajo de la mesa lo único que te queda es guardarlo en el cajón, pierde cuando deja de funcionar.
El tratamiento preferente para una gran parte de las personas con insuficiencia terminal de órganos importantes, es el trasplante de órganos, los cuales la mayoría tienen índice de éxito. Un número cada vez mayor de trasplantados sigue viviendo veinte años después de la operación, y la mayoría sobrevive por lo menos cinco años.

Un trasplante consiste en trasladar un órgano, tejido o conjunto de células de una persona (donante) a otra (receptor), o bien de una parte del cuerpo a otra en un mismo paciente. El donador del órgano o tejido no necesariamente deber ser una persona con vida. Si una persona donadora sufre muerte cerebral, sus órganos pueden ser conservados por medio de diversos métodos con la intención de que su funcionamiento no se vea afectado y sea de utilidad para otro paciente que los requiera; si te es imposible encontrar el tornillo de dos milímetros siempre tendrás la opción de sustituirlo por uno del reloj de la tienda de al lado, o de la siguiente, la que se encuentra a cinco manzanas de tu casa, solo tienes que buscar y encontrar, tornillos compatibles y relojes generosos. Aún y cuando la idea de trasplantar un órgano o un tejido pueda parecer sencilla , existen diversos limitantes que hacen que esta no sea una tarea fácil. Cuando el trasplante no proviene de la misma persona o de alguien genéticamente idéntico antes de realizar cualquier procedimiento se debe tomar en cuenta la "compatibilidad"que exista entre el donante y el receptor. De no ser así, el sistema inmunológico del receptor reaccionará de manera negativa al transplante y lo rechazará poniendo en riesgo el procedimiento y la vida del paciente. 

Después de la operación de implante, para evitar el rechazo inmunitario, se administran unos fármacos llamados inmunosupresores, que disminuyen la respuesta de defensa del receptor. 
Aunque estas sustancias han hecho posible los trasplantes, tienen muchos efectos secundarios; por esta razón es mejor administrar la menor dosis posible. Y a mayor compatibilidad entre donante y receptor, menor cantidad de inmunosupresores.

Tipos de trasplantes:
TEJIDOS


CÓRNEA
HUESOS








PELO
PIEL
SANGRE
VÁLVULAS DEL CORAZÓN



ÓRGANOS:



CORAZÓN
HÍGADO
INTESTINO
PÁNCREAS
PULMÓN
RIÑÓN


CÉLULAS:
  • Células de páncreas.
  • Células progenitoras hematopoyéticas.

                         
Los órganos para el trasplante se obtienen de personas que ceden sus órganos después de morir, para que puedan ser utilizados con este fin. Pueden obtenerse también de donantes vivos cuando el órgano a donar es doble, riñón, o puede ser fragmentado, hígado.

Ciertos receptores de órganos más complejos, como el corazón, han de ser controlados de forma continua, por lo que un trasplante de corazón se considera un tratamiento más que una cura. Tienen que tomar medicamentos de por vida, pero pueden vivir como si no tuviesen la enfermedad.

Con todo, más de cien mil trasplantes realizados en el mundo y medio siglo de aplicación de una técnica son razones más que suficientes para que se acepte como rutinaria. 




Las estadísticas de 2006 revelan que España encabeza la lista mundial en donaciones por decimocuarto año consecutivo, ochos puntos por encima de EEUU. Los 33,8 donantes por millón de habitantes españoles, frente a las 18,8 donantes del conjunto de UE superan, además, la barrera de los 1.500 donantes, con un total de 3.756 trasplantes y un record histórico en la sustitución de pulmón e intestino.

España ha reforzado su liderazgo mundial en el trasplante de órganos, con un 14,3% del total de los realizados en la Unión Europea en 2008.


ONT
Para facilitar la donación y el trasplante de órganos, tejidos y células en España existe un organismo, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que establece sistemas de organización internacional.

"Más de 5.000 enfermos                     A pesar de este escenario optimista, aún             
españoles esperan recibir               quedan cuestiones por resolver: las listas             
 un órgano sano,                            de espera. Según las estadísticas de 2006 hay más
especialmente riñón, hígado           5.000 enfermos españoles esperando para recibir 
 y pulmón"                                     un órgano sano, especialmente riñón, hígado y, pulmón. 
Para acortar la lista de espera, el trasplante de donante vivo es una de las opciones a tener en cuenta.

Los avances de la Medicina hacen ahora posible la sustitución de varios órganos lesionados. Por tanto, desde hace algo más de veinte años, el número de personas que viven gracias al trasplante de un órgano vital es cada vez mayor. 

La consecuencia es que la demandava muy por delante de la disponibilidad de órganos. El equilibrio solo podrá lograrse mediante la combinación de varias medidas educativas o legales que lleguen a permitir la recuperación de todo órgano aceptable desde el punto de vista médico.
Estas razones han hecho crecer el interés por el uso potencial de donantes animales, lo que se conoce como xenotrasplantes; pero no apotarán una solución práctica al problema de la escasez de órganos hasta que las barreras inmunológicas que dificultan el trasplante entre especies se solucionen. 
Mas allá de los xenotrasplantes, el futuro mira hacia los autotrasplantes que harían posibles las células madre, estas tendrían la capacidad de generar órganos y se evitaría el rechazo del paciente. 




Actualmente existe una norma jurídica que regula los trasplantes de órganos, la llamada "Ley de trasplantes".

El trasplante como una puerta hacia la vida.